La lluvia caía, toda abajo, toda lluvia del cielo,
Tres días de lluvia e dos mas
La lluvia adentraba por los osos, por la carne
Traspasaba cualquiera voluntad de enfrentar el enemigo.
Los brasileños estaban en el Icabaquã/camaquã, esperando, esperando.
Guardados por tigres, cerros, matas.
necesario una nueva estrategia, para que vejen las praderías,
Nuestras espadas e nuestras caballadas.
La ventaja es brasileña, por hora,
Pero, luego será revertida.
Por un instante, me ausento do mundo que me acerca,
E procuro en las brasileñas una hermosa joven
Para consolar mi corazón.
Es tan dulce la pasión,
Es tan distante mi tierra,
El general en jefe con una “niña bonita”
Esta es mi tierra, que se partan los brasileños
Que nos otros somos de acá.
¿Pero, que acontece con nuestra caballada?
¿Que se pasa con nuestros caballos?
No aguantaban ni una legua casi...
Carecía de herraduras... ¿abandonarlos?
Un caballo por hombre
La Cuchilla Grande, al norte de Mbayê/Bagé,
Las cabeceras del Río Negro.
En la mañana del 26 de enero de 1827.
Uma pequena homenagem a todos os argentinos que vieram ao Brasil para se apaixonar.Bagé/RS, 02 de dezembro de 2005.
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