Buenas noches, encanto.
Me arde una intriga.
Saber quisiera tus números y valores.
¿Cuánto cuesta tu amor, tu arte?
Dímelo. Hazme saber pues me mata la duda.
Si me pides hoy
te daré la mitad de mi reino.
Te lo regalaría entero para ti solita
pero ya se lo prometí
a otras putas.
Te propongo
un amor perenne,
mezclar mi matriz con la tuya
y que el fruto sea lo peor de esta sociedad;
una estirpe maldita y condenada
por el filo de esas lenguas
que hace siglos vienen hablando
pero no dicen nada.
Porque en verdad
no me importa lo que un día hiciste,
ni lo que harás después.
No me importa en lo más mínimo
a cuántos hombres has cedido,
sino, qué lugar tienes reservado para mí,
para así, ubicarte proporcionalmente
y recibirte con la casa ordenada
para orgulloso declararte
puta
toda mía,
mía solamente…
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