En mi corazón nasció una hermosa rosa…

 

Delante de su colorido había una sensación

Llamada tiesura dónde los pájaros cantaban

 

Y volaban de entre las nubes del mi pecho…

Mi cuerpo sentía las vibraciones de la magia,

Luego la inspiración escrebía el sonido blanco

 

Que era la serenidad de uno amor borreguil

Y blando inquilino de la emoción que vivía sólo…

Los pétalos de la rosa sembraron en mi suelo

Y cuándo secaron la tierra estaba húmeda de luz…

 

Una terrible congoja gritaba adentro de mi cerebro

Y mis órganos ahora eran sacrificio y soledad, agobio…

Nuevas rosas difundieron el olfato de mi sangre

Que espabilaba por las venas de un jardin florido,

Pero el mantillo del suelo era el amor eternizado!

 

 

 

 

DE Ivan de Oliveira Melo  

Ivan de Oliveira Melo
© Todos os direitos reservados